Escolopendra: Características y peligros en España

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La escolopendra es un miriápodo quilópodo que se encuentra en diversas regiones de España y otros países de Europa. Destaca por sus características físicas, como las forcípulas venenosas ubicadas en el primer segmento del tronco y el último par de patas provisto de espinas. Alimentándose principalmente de artrópodos terrestres, como arañas, cucarachas y escarabajos, la escolopendra utiliza su veneno para cazar y defenderse. Aunque su picadura puede ser dolorosa en los seres humanos, generalmente no representa un grave peligro. Además, las escolopendras se reproducen depositando huevos y cuidan atentamente de sus crías.

Descripción de la escolopendra

La escolopendra es un tipo de miriápodo que pertenece al orden de los escolopendromorfos. Se caracteriza por su cuerpo alargado y segmentado, con un total de 21 a 23 pares de patas. A diferencia de los ciempiés, las escolopendras poseen forcípulas, un par de colmillos venenosos ubicados en el primer segmento del tronco, que utilizan para defenderse y capturar presas.

Características físicas

Las escolopendras presentan una amplia variación en cuanto a su tamaño y coloración. La especie más grande en Europa es la Scolopendra cingulata, que puede alcanzar hasta 17 cm de longitud. Su coloración varía entre tonos marrón verdoso y marrón amarillento, con bandas transversales más oscuras.

Además de sus patas y forcípulas venenosas, el último par de patas de las escolopendras también se destaca por poseer espinas y uñas, que utilizan para capturar a sus presas.

Hábitat y distribución geográfica

Las escolopendras se encuentran en una amplia variedad de hábitats, incluyendo selvas, bosques, campos, desiertos y humedales. Sin embargo, siempre están asociadas a zonas con cierto grado de humedad.

En términos de distribución geográfica, las escolopendras se encuentran en gran parte de Europa Central y la cuenca Mediterránea. Además, su distribución se extiende hacia el este, llegando hasta el centro de Asia.

La escolopendra en España, es muy posible encontrar, principalmente la especie Scolopendra cingulata, en la zona mediterránea. Suelen habitar en zonas abiertas, como matorrales, donde pueden vivir bajo piedras o sobre el suelo, escondiéndose durante el día en madrigueras.

Es importante destacar que, aunque su picadura puede ser dolorosa e inflamatoria, en general no representan un grave peligro para los seres humanos, a menos que se produzca un shock anafiláctico en personas sensibilizadas.

Alimentación y depredación

La alimentación y depredación son aspectos fundamentales en la vida de las escolopendras. Estos insectos son carnívoros y se alimentan principalmente de artrópodos terrestres. A continuación se describen las presas comunes de la escolopendra y su mecanismo de caza y captura.

Presas comunes de la escolopendra

Las escolopendras se alimentan de una amplia variedad de presas. Entre ellas se encuentran arañas, cucarachas, escarabajos, grillos, saltamontes, mariposas, lombrices e incluso pequeños mamíferos como ratones y lagartijas. Esta diversidad de presas asegura una fuente constante de alimento para las escolopendras y les permite adaptarse a diferentes entornos.

Mecanismo de caza y captura

Las escolopendras cuentan con una serie de adaptaciones que les permiten capturar eficientemente a sus presas. Utilizan su último par de patas, provisto de espinas y uñas, para agarrar y sujetar a las presas. Una vez inmovilizada, clavan sus forcípulas venenosas en el cuerpo de la presa, liberando un veneno que paraliza o incluso mata al artrópodo. Este veneno contiene histamina, acetilcolina, proteínas toxinas y diversas enzimas que desempeñan un papel fundamental en el proceso de caza.

Además, las escolopendras son animales nocturnos, lo que les proporciona una ventaja adicional en su estrategia de caza. Durante la noche, cuando muchas de sus presas son más activas, las escolopendras salen de sus escondites para buscar alimento y aprovechar la oscuridad para acechar a sus presas de manera sigilosa.

Veneno y picadura de la escolopendra

Componentes del veneno

El veneno de la escolopendra contiene una combinación de sustancias, incluyendo histamina, acetilcolina, proteínas toxinas y diversas enzimas. Estos componentes trabajan en conjunto para paralizar o matar a las presas de la escolopendra y también pueden causar reacciones adversas en los seres humanos.

Efectos y peligros para los seres humanos

La picadura de una escolopendra puede causar diferentes efectos en los seres humanos. Los síntomas más comunes incluyen dolor intenso en el área afectada, inflamación, enrojecimiento y sensación de ardor. En algunos casos, también puede haber picor y hinchazón en el lugar de la picadura.

Es importante tener en cuenta que los efectos pueden variar dependiendo de la especie de escolopendra y la sensibilidad individual. En general, las picaduras de escolopendras no suelen ser peligrosas para los seres humanos y los síntomas suelen desaparecer en unos días. Sin embargo, en personas sensibilizadas o alérgicas, puede desencadenarse una reacción más grave, como un shock anafiláctico.

En caso de sufrir una picadura de escolopendra, se recomienda:

  • Lavar la zona afectada con agua y jabón para evitar infecciones.
  • Aplicar hielo o una compresa fría para reducir la hinchazón y el dolor.
  • Evitar rascarse o frotar la picadura, ya que esto puede empeorar los síntomas.
  • Si los síntomas persisten o se agravan, se debe acudir a un médico para recibir el tratamiento adecuado.

En general, es importante mantener la precaución y evitar el contacto directo con escolopendras, ya que su picadura puede causar molestias significativas. Siempre es recomendable buscar información adicional sobre las especies de escolopendras presentes en tu zona y seguir las pautas de seguridad establecidas.

Reproducción y cuidado de las crías

La reproducción de las escolopendras es un proceso único y fascinante. Estos miriápodos se reproducen sexualmente y presentan sexos separados, es decir, hay machos y hembras. A diferencia de otros animales, no existe un proceso de cortejo o cópula entre ellos. Los machos, durante la época de reproducción, depositan espermatóforos en el suelo. Estas estructuras contienen los espermatozoides necesarios para fertilizar los huevos de las hembras. Una vez depositados, las hembras los recogen e introducen en su cuerpo a través de los poros genitales.

Pone entre 15 y 60 huevos y la hembra cuidará de sus crías durante unos 3 meses, llevandolas en su parte inferior o alrededor suyo para protegerlas. Llegando a la madurez sexual a los 2 años de edad.

Cuidado de los huevos y las crías

Una vez que la hembra ha recogido y fertilizado los huevos, comienza el proceso de cuidado de los mismos. Construye madrigueras subterráneas donde deposita los huevos, proporcionándoles un ambiente seguro y protegido. Durante el periodo de incubación, las hembras demuestran una dedicación excepcional hacia sus huevos. Incluso utilizan saliva para humedecerlos y evitar el desarrollo de patógenos.

Esta provisión de humedad contribuye a la viabilidad de los huevos y garantiza un ambiente adecuado para su desarrollo. Una vez que los huevos eclosionan, las crías de escolopendra emergen y son recibidas por su madre con cuidado y atención. Algunas especies inclusive permiten que las crías se alimenten de ella después del nacimiento, lo que brinda un soporte nutricional crucial en las etapas iniciales de sus vidas. La escolopendra demuestra un notable instinto maternal, asegurando la supervivencia de sus crías a través de este cuidado dedicado. Este comportamiento es esencial para garantizar que las futuras generaciones de escolopendras crezcan y se desarrollen adecuadamente.

Especies destacadas de escolopendra

Scolopendra cingulata, la escolopendra gigante

La Scolopendra cingulata es una especie de escolopendra conocida comúnmente como la escolopendra gigante. Es la especie más grande de miriápodo en Europa Central y la cuenca mediterránea, pudiendo llegar a medir hasta 17 cm de longitud. Su coloración varía desde un marrón verdoso hasta un marrón amarillento, con bandas transversales más oscuras. Esta escolopendra se encuentra en zonas abiertas, como matorrales, donde puede vivir bajo piedras o sobre el suelo, escondida durante el día en madrigueras. Aunque su picadura puede ser dolorosa e inflamatoria, en general no representa un grave peligro para los seres humanos, aunque puede generar un shock anafiláctico en personas sensibilizadas.

Otras especies de escolopendra

  • Eupolybothrus: Esta especie de escolopendra se encuentra en varias regiones de Europa, incluyendo España. Se caracteriza por su llamativo color rojizo y negro en el cuerpo. Aunque es venenosa, su picadura suele ser leve y no representa un riesgo importante para los humanos.
  • Scolopocryptops: Estas escolopendras se distribuyen en América del Norte y pueden llegar a medir hasta 7 cm de longitud. Tienen una coloración marrón oscuro y su picadura puede causar dolor y enrojecimiento en la zona afectada.
  • Cryptops: Esta especie de escolopendra se encuentra en varios continentes, incluyendo Europa, América y África. Son más pequeñas que otras especies, midiendo alrededor de 2 a 4 cm de longitud. Su color varía entre marrón claro y oscuro, y aunque poseen un veneno capaz de paralizar a sus presas, su picadura suele ser leve para los humanos.

Preguntas frecuentes sobre las escolopendras

¿Son peligrosas las escolopendras para los humanos?

Las escolopendras pueden ser peligrosas para los seres humanos en ciertas circunstancias. Aunque su picadura puede ser dolorosa e inflamatoria, en general no representa un grave peligro. Sin embargo, algunas personas pueden ser más sensibles a su veneno y experimentar reacciones alérgicas graves, como un shock anafiláctico. Es importante mantener la calma y buscar atención médica si se produce una picadura, especialmente si se presentan síntomas graves como dificultad para respirar o hinchazón excesiva.

¿Dónde se encuentran las escolopendras?

Las escolopendras se encuentran en diversos hábitats, como selvas, bosques, campos, desiertos y humedales. En España, es común encontrarlas en la zona mediterránea, donde habitan en áreas abiertas como matorrales. Suelen vivir escondidas durante el día, ya sea bajo piedras o en madrigueras en el suelo. Su presencia también puede ser notable cerca de fuentes de agua y en lugares con alta humedad.

¿Cómo diferenciar una escolopendra de otros artrópodos similares?

  • Las escolopendras se distinguen por tener entre 21 y 23 pares de patas, lo cual las diferencia de otros insectos que poseen menos patas.
  • Las escolopendras cuentan con un par de forcípulas venenosas ubicadas en el primer segmento del tronco, que utilizan para defenderse y capturar presas.
  • Además de sus patas, también poseen espinas y uñas en el último par de patas, las cuales son utilizadas para sujetar y capturar a sus presas.
  • Su cuerpos están segmentados y su longitud puede alcanzar hasta 17 cm en la especie más grande de escolopendra en Europa, la Scolopendra cingulata.
  • Respecto a su coloración, las escolopendras pueden tener tonalidades que van desde un marrón verdoso hasta un marrón amarillento, con bandas transversales más oscuras.
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